Las formas y tamaños de los dedos y de sus uñas son aspectos muy
importantes en la quiromancia o el arte de leer las manos.
Cada dedo tiene tres falanges/partes: la primera parte es donde nace la uña, la siguiente a ésta es la falange media, y la que es adyacente a la palma es la tercer falange.
Cada dedo tiene tres falanges/partes: la primera parte es donde nace la uña, la siguiente a ésta es la falange media, y la que es adyacente a la palma es la tercer falange.
EL DEDO ÍNDICE:
El dedo que se encuentra al lado del pulgar se llama dedo índice.
Representa el ego de una persona y su deseo de reconocimiento y prestigio. Si
el dedo índice es más largo que lo normal es indicativo del deseo que una
persona tiene de dominar a los demás; si es más pequeño que lo normal
representa una carencia de ambición. Tales personas son siempre seguidores,
nunca líderes.
EL DEDO MEDIO:
Al lado del índice se encuentra el dedo medio. Este representa el
equilibrio de la mente, sagacidad y el amor a la soledad. Es, en la mayoría de
los casos, más largo que los demás dedos. Si es igual en longitud al índice o
al dedo anular, se supone que es un dedo medio pequeño. Una persona con tal
dedo son poco tenidos en cuenta, mientras que si tienen un dedo medio muy largo
son más tímidos a la compañía humana.
EL DEDO ANULAR:
El tercer dedo o el dedo anular es indicativo de un deseo personal
para la ostentación y la fama. Una persona con un dedo anular pequeño está
totalmente desprovista de una tendencia a la ostentación. Por eso las personas
con esos dedos no corren riesgos. Si el dedo anular es más largo que el dedo
índice, tendría demasiada ostentación y le encantaría tomar riesgos. Esos
riesgos incluyen especulaciones, juegos y otras chances.
EL DEDO MEÑIQUE:
El cuarto dedo, el más pequeño, representa la elocuencia y el
ingenio. Un dedo meñique que se extiende al extremo de la primera falange del
tercer dedo, o sea el anular, debe ser considerado de una longitud media. Si es
más largo, estas cualidades llegan a ser más profundas en una persona. El caso
inverso es si el dedo es menor en longitud que la media. En este caso la
persona sufre de un complejo de inferioridad y no tiene el valor de hablar más
allá de lo que piensa.