Visiones: Del cuerpo propio tumbado en el lecho. La forma en que lo visualizamos depende nuestras expectativas, pero lo habitual es verse tal y como uno es en el mundo físico, es decir, se tiene una visión del doble propio; Algunas personas tienen otro cuerpo, pero muchas no y cuando se miran en un espejo durante la proyección no se ven reflejadas; Durante la transición a veces parece que el cuerpo físico es asistido por amparadores (espíritus que ayudan) o obstaculizadores (espíritus que dificultan el ascenso). Son el equivalente de los seres angélicos y demoníacos; Muchas personas ven el mundo cotidiano que les rodea, es decir, su entorno físico real, aunque no suele corresponderse con el entorno físico inmediato; Mayor realismo que cuando se vive la realidad cotidiana: sensación de que los colores y formas son más brillantes y nítidas. Por otra parte, el mundo visto durante la EEC puede variar desde una versión bastante realista de la situación presente hasta una versión distorsionada de la misma pasando por un mundo más allá del proyector con regiones de belleza inefable, paradisíacas, o bien infernales; Amigos y familiares vivos y fallecidos a los que se puede hablar y escuchar; Una pequeña proporción de personas ven un cordón (a veces de plata) que une el cuerpo físico con el supuesto doble astral, pero la mayoría no.
Espontáneas: Durante el sueño (al despertarse o al dormirse); En estados de inconsciencia por situaciones cercanas a la muerte provocadas por accidentes o enfermedades graves con intervención quirúrgica y bajo anestesia; Gran relajación física, felicidad y paz mental; Gran dolor físico; Hambre; Soledad; Privación sensorial y sexual; En situaciones activas (conduciendo un vehículo, caminando, teniendo un orgasmo, etc.); Gran cansancio o estrés emocional.
Inducidas: Ingestión de drogas (especialmente marihuana y ketamina); Largos períodos de meditación; Autosugestión hipnótica; Rituales religiosos con cantos prolongados o danzas.
Conscientes: Mediante la practica de técnicas especificas se cultiva la facultad de inducirlas a voluntad.
Emociones: Las reacciones pueden ir del placer al terror, de la alegría a la indiferencia. Cuando son positivas los sujetos parecen sentirse bien en dicho estado, incluso pueden comentar lo real o sólido del mismo. Describen felicidad extrema, excitación, euforia, júbilo, así como vitalidad y bienestar generales, aunque el cuerpo esté enfermo en el momento de la experiencia. Las emociones negativas suelen manifestarse en un miedo injustificado de no poder regresar al cuerpo físico, pero de hecho se regresa al mismo con sólo pensarlo y desearlo. A veces temor a morirse, a perderse o a que el cuerpo sea poseído por alguna entidad maléfica.
"Corresponde someter tales fenómenos a un examen más exhaustivo a fin de elaborar una teoría científica nueva y más amplia que sirva de estructura a nuestros conocimientos." J. Huxley "