¿Cómo elegiremos de entre tantas videntes fiables que se proclaman así la que nos merezca confianza?

¿Cómo elegiremos de entre tantas videntes fiables que se proclaman así la que nos merezca confianza?

CONSULTAS VIDENTES PROFESIONALES

Hay momentos en la vida en que se desea consultar al destino, conocer del propio futuro. Uno puede consultar su horóscopo en la prensa, o querer una visión más particular y ajustada su caso. Llega el momento entonces de querer preguntar a un tarotista o a un vidente para que nos hable de nuestro camino en el amor por ejemplo. Es entonces, cuando buscamos una consulta de videncia, que nos encontramos ante la presencia de multitud de anuncios de videntes y tarotistas que nos afirman todo tipo de promesas. ¿Cómo elegiremos de entre tantas videntes fiables que se proclaman así la que nos merezca confianza?

Muchas de ellas, por supuesto, afirmaran ser los videntes mejores por teléfono, el vidente más económico, y a menudo las dos cosas juntas. Se entiende que la idea de un buena videncia debe unir que sea fiable y si puede ser bueno y barato mejor. Pero el énfasis en la idea de la videncia telefónica barato generará la aparición de un sistema empresarial de explotación que pocas personas conocen.

La aparición de este tipo de negocio ha provocado que un tema tan marginal como era las consultas de videncia, sobre todo del amor, se hayan lanzado a primera línea de publicidad. Así nos encontramos que en cualquier medio de comunicación aparecen anuncios ofertando al vidente o al mejor tarot de turno.

¿De dónde ha surgido tanta oferta ? Evidentemente la demanda ha provocado esta oferta, pero en realidad no surge de la iniciativa privada sino de un enfoque empresarial aplicado a este tema. Se trata de explotar el asunto, de hacer de la adivinación un negocio. Todos lo sabemos.



Mientras, todavía existen personas que tratan de ofrecer un servicio a la vieja usanza: una consulta privada, artesanal y donde se trata simplemente de vivir de uno de los oficios más antiguos que existen.